Cuando el olor les llega a la nariz, los tiburones nadan en dirección a donde sus fosas nasales lo detectaron según un estudio, lo que sugiere que mientras más ampliamente espaciados esten las fosas nasales mas ayudan en la caza.
Cuando rastrean el olor de una presa, un tiburón se basa principalmente en sus fosas nasales; detecta por primera vez el olor y no por la intensidad del olor, según ha encontrado un estudio.
Los resultados, publicados en la revista “Current Biology”, sugieren que los tiburones con fosas nasales más ampliamente espaciadas pueden ser más capaces de juzgar la ubicación de sus presas.
Los científicos habían pensado que la concentración del olor determinaba cómo un tiburón reaccionaría. «La gente siempre ha tenido la idea de que era la concentración…. Siempre ha habido el supuesto de que así es como funciona», dijo el autor principal del estudio, Jayne Gardiner, un biólogo marino de la Universidad del Sur de Florida en Tampa.
Pero en la práctica, podría ser una táctica de las presas contra los depredadores, dijo Gardiner – “bocanadas de olor hinchadas por el agua pueden crear marcas irregulares de concentración que podría confundir a un tiburón hambriento en la dirección equivocada”.
Gardiner y compañeros de trabajo encontraron, en cambio, que los tiburones toman nota de cuál de las fosas nasales huele el olor primero. Los científicos demostraron esto mediante la instalación de tubos en las fosas nasales de los tiburones en un tanque.
Entonces se introdujo agua de mar con olor a calamares en una fosa nasal – seguido por una ráfaga de olor de calamar en el otro sólo una fracción de segundo más tarde.
Cuando el orificio nasal derecho recibió el primer perfume, el tiburón giro a su vez a la derecha. Cuando la fosa nasal izquierda se vio estimulada en primer lugar, el animal se viraba en esa dirección.
Incluso cuando el olor de la segunda nariz fue 100 veces más fuerte que el olor que se administraba a la primera, el tiburón se giraría en la dirección de la primera fosa nasal – lo que muestra que el tiempo y no la fuerza, es la clave, dijo Gardiner.
Los tiburones son capaces de percibir una diferencia entre 0,1 segundos, 0,2 segundos entre las bocanadas de olores.
«Es un estudio muy prolijo», comentó Stephen Kajiura, un biólogo de tiburónes de la Florida Atlantic University en Boca Ratón. Y, añadió, «que proporciona otra razón por que la forma [martillo] pueda ser provechosa.»
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